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Can Lluis de Sa Rota consiste en la construcción de una vivienda unifamiliar aislada y una nueva piscina en una finca de 2.000 m2.
El proyecto se ajusta a los cánones que definen genéricamente la arquitectura tradicional ibicenca y se basa en la funcionalidad de los criterios de sostenibilidad, la interacción con el exterior, así como la continuidad entre las diferentes estancias. Por ello, la vivienda estará formada por volúmenes de formas simples y compactas, de cuerpos cuadrados o rectangulares, con cubiertas planas. El aspecto visual de los materiales, acabados de fachada y elementos constructivos se conseguirá mediante la utilización de muros de carga tradicionales enfoscados, pintados de blanco cal.
Se trata de una vivienda unifamiliar de planta baja, piso y sótano, de planta rectangular y simétrica, dividida por un muro central que divide la casa en dos alas claramente diferenciadas. La planta baja, inspirada en las antiguas distribuciones de viviendas unifamiliares ibicencas, tiene una superficie construida de 122 m2. Se accede a ella a través de una puerta de madera batiente de dos hojas, siendo el primer espacio el recibidor o también conocido como porche. Por un lado, está el ala de noche, donde se encuentran los dormitorios orientados al este y al oeste, cada uno de ellos con conexión al exterior a través de una puerta abatible de madera de dos hojas con ojos de buey, baño propio y armario empotrado. Por otro lado, en el ala de día se encuentra un amplio salón-comedor, con vigas de madera y chimenea y una preciosa cocina de estilo tradicional ibicenco, ambos espacios caracterizados por su fachada acristalada con carpintería de hierro, un espacio diáfano que se abre al exterior generando una sensación de eliminación de los límites entre el interior y el exterior, además de conectar con una pérgola y la piscina.
La primera planta tiene 66 m2 construidos y una geometría rectangular y asimétrica. En el lado oeste se encuentra el dormitorio principal con su respectivo baño, vestidor, balcón y terraza privada. En el lado opuesto este se encuentra el cuarto dormitorio doble con su propio baño, armario empotrado, balcón y acceso a la terraza comunitaria donde se puede disfrutar de unas maravillosas vistas de Dalt Vila y el mar.